La llegada de la biblioteca a Hamburgo
Las colecciones de libros tienen su propia historia, así también la de la Biblioteca Linga. Entre los años 1924 y 1937, Don Carlos ya había adquirido y almacenado en Hamburgo muchos de los libros, que él luego enviaría a México. Durante la Segunda Guerra Mundial y a pesar de la difícil situación económica, Carlos Linga rechazó la oferta que le hizo un ciudadano norteamericano de comprar su colección. Era en Alemania, donde él se imaginaba el porvenir de su biblioteca iberoamericana. Por esta razón negoció durante los años 50 del siglo XX con diversas ciudades alemanas y se decidió finalmente por hacer de su ciudad natal la sede de su biblioteca.
El 17 de agosto de 1956 Carlos Linga dispuso el envío de 65 cajas con libros y otras diez con muebles y lienzos en el vapor “MS Augsburg” de la compañía naviera Hapag, que partía desde Veracruz.
Éstas llegaron unas semanas más tarde al puerto de Hamburgo y fueron almacenadas en un primer momento en el depósito de la Biblioteca Estatal y Universitaria. En septiembre Linga entregó la colección de libros a la ciudad de Hamburgo, que había dispuesto ubicarla en la Casa Ibero-América, en la Avenida Alsterglacis, en el centro de la ciudad. Con motivo de la celebración del Descubrimiento de América, se realizó el 12 de octubre de 1957 la inauguración solemne de la Biblioteca Linga de la Ciudad Libre y Hanseática de Hamburgo. En la cena festiva, que se llevó a cabo en el Hotel “Atlantic”, estuvieron presentes miembros distinguidos del mundo de la política, economía, cultura y ciencia. El ministro de economía, Ludwig Erhard, asistió en calidad de representante del gobierno federal. Además participaron el embajador mexicano Alfonso Guerra, así como los alcaldes de Hamburgo, Kurt Sieveking y Paul Nevermann. “El fundamento para una verdadera biblioteca iberoamericana” – así lo manifestó Carlos Linga en su discurso de inauguración – había sido finalmente puesto.